La autoeficacia


Albert Bandura nos dice que:

La autoeficacia es como la creencia, percepción u opinión que tiene el sujeto, o la apreciación subjetiva que éste realiza, a cerca de su capacidad o competencia para realizar una actividad concreta.

Partiendo de esta premisa, ¿Hasta qué punto son importantes sus acciones para sus hijos e hijas? los comportamientos y creencias influyen en las opiniones que va creándose su hijo o hija acerca de sí mismo y de su competencia. La autoeficacia está directamente relacionada al autoconcepto y la autoestima.

El sentimiento de indefensión en la persona proviene de que los acontecimientos que les rodea no están bajo su control. Su creencia será: «Haga lo que haga da igual, no va a cambiar el resultado, no voy a lograr el éxito». Este sentimiento en los niños o niñas ocurre cuando por ejemplo reciben una crítica, tanto si se portan mal como si se portan bien. Dándose esta circunstancia no intentarán cambiar o mejorar su conducta. Se sentirán desmotivados y desarrollarán un concepto de si mismo negativos y una baja autoestima.

Con esto no se quiere decir que el niño o niña no obtenga consecuencias negativas. Estas también son necesarias para el aprendizaje y ayudan a evitar futuras situaciones de indefensión. Un niño o niña que no ha experimentado nunca la frustración, la dificultad o el fracaso puede encontrarse derrotado ante un suspenso, el aprendizaje debe estar en que perciba en que puede cambiar esos resultados adversos.

Otras situaciones que pueden provocar un sentimiento de indefensión puede ser cuando se le priva de información que permite predecir o anticipar los acontecimientos, perdiendo la confianza en los demás y en sí mismo.

En la infancia se experimenta muchas situación que pueden ser vividas como traumáticas (vacunas, dentista, colegio…etc). Si el niño o niña es advertido de las mismas se experimentarán de forma diferente.

Entre las consecuencias naturales del sentimiento de indefensión cabe destacar: desmotivación, miedo, ansiedad, depresión, inestabilidad emocional.

La mayoría de los casos el origen de la indefensión suele encontrarse en las experiencias que se han vivido durante la infancia, la niñez y la adolescencia. En estos casos se debe establecer condiciones que permiten al niño o niña  reaprender el sentimiento de control de la realidad, que desmonten su expectativa distorsionada, de forma que tenga la oportunidad de ver que los resultados dependen de la conducta.

Los niños y niñas pueden variar sus conductas si perciben que existe relación entre las recompensas y las consecuencias negativas que se obtienen. De ahí la importancia de la coherencia en la educación a la hora de administrar los refuerzos. A través de la conexión entre conducta y  resultados,el sentimiento de indefensión disminuye, aumentando la sensación de dominio de la realidad, autoeficacia, valía personal y autoestima.

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