El desarrollo del mundo sensorial del niño/a


El mundo sensorial del niño

Los sentidos se desarrollan de forma secuencial, primero los que actúan a corta distancia (aquellos que precisan algún objeto, luego los que actúan a larga distancia (ayudan a percibir cosas lejanas).

Tacto y movimiento

El sentido del tacto es el primero en desarrollarse, de hecho, ha sido detectado ya en embriones humanos de menos de   ocho semanas de edad. Aunque el feto no alcanza aún los 2,5 cm de longitud y carece de orejas y ojos, la sensibilidad de la piel está bastante desarrollada.

Al principio el feto se balancea y flota; más tarde, el mundo que lo rodea va a cercándose y comprimiéndole. El vientre materno le acaricia, hasta que llegan las contracciones que lo comprimen y empujan de forma rítmica, provocando una estimulación muy grande en la piel y sistemas orgánicos.

Tras el nacimiento, los bebés necesitan revivir esas sensaciones que tuvieron en el vientre materno, están acostumbrados a esta estimulación y necesitan reanudar estos ritmos después del nacimiento.

Un estudio reciente: Se pidió a las madres que cogieran en brazos a sus hijos (con una mochila delantera) un cierto tiempo al día, además de los momentos de comida y llanto. Comparando a estos niños con otros que fueron cogidos en brazos un tiempo normal, se obtuvo que:

  • A las 6 semanas los bebés que habían recibido una dosis extra de contacto y movimiento lloraban un 50% menos que el resto.

A este método se le puso el nombre de <<método canguro>>, es una práctica habitual de las enfermeras hospitalarias debido a sus efectos beneficiosos sobre la salud fisiológica, emocional y psicológica de los bebés prematuros. Estos bebés suelen recibir masajes como parte de sus cuidados, gracias a la doctora Tiffany Field, que ha demostrado el impacto del masaje en el crecimiento y desarrollo.

Gusto y olfato

El gusto y el olfato son sentidos muy importantes también, ya que ambos están conectados con el tacto.

El niño de tan sólo 5 días ya es capaz de reconocer el olor de su madre y el sabor de su leche frente a otra. De esta forma, los niños poseen improntas químicas que sus madres son capaces de detectar.

Las madres son incluso capaces de identificar el olor de su bebé a través de su ropa, habiendo tenido un contacto de tan solo 2 horas.

Vista y oído

Los sentidos a distancia, pueden ser muy importantes para la vinculación emotiva del niño con la madre. Esta vinculación es esencial para el desarrollo de una buena relación entre padres e hijos.

  • El bebé con alguna minusvalía visual o auditiva, no sufre la falta de este vínculo si los padres están concienciados y hacen uso del sentido del tacto y su impacto en la unión materna. El tacto puede ser más dinámico al ser el sentido más desarrollado.
  • El bebé puede ver antes de nacer, antes de que la madre se dé cuenta de que está embaraza el nervio óptico del nuevo ser, ya está formado.
  • A los 6 o 7 meses de embarazo, el cerebro del feto responde a la luz, ya puede abrir y cerrar los ojos, mirar hacia arriba, hacia abajo y a los lados.
  • Está preparado para mirar a la madre, enfocar nítidamente a cierta distancia (18-30 cm).
  • Se siente atraído por los contrastes fuertes, formas tipo ojo de buey, o los ojos y pezones de la madre. Esta atracción y vinculación aumenta a través de la vista del contacto cutáneo con la madre.

La estimulación producida al observar estos objetos acelera la mielenización nerviosa y el desarrollo fisiológico.

El tono de voz de la madre, agudo de forma instintiva, armoniza muy bien con la atracción natural del niño hacia sonidos de alta frecuencia. A las 2 semanas de edad existe integración y asociación completa entre los centros auditivos y visuales. Al bebé le encanta mirar a la madre y sentir tu voz.

Es fácil reconocer los inicios del aprendizaje del lenguaje en los movimientos del niño, sincronizados con las entonaciones, esquemas y pausas del habla materna. Es decir, el bebé muestra movimientos corporales sincronizados con el habla de la madre, una respuesta corporal al esquema hablado. Con el crecimiento, estos movimientos se vuelven microcinéticos, que solo pueden verse con un instrumento sofisticado.

Inicialmente, el niño ejecuta movimientos reflejos, seguidos por vocalizaciones, luego inflexiones, satisfacción emocional y por último balbuceo. Posteriormente aparecen las palabras, que tienen significado por sí mismas, por lo que niño ya no necesita los movimientos motores reflejos.

El bebé ha estado oyendo las voces de sus padres desde el útero, y los ritmos del lenguaje incluso antes, a través de las reverberaciones de los sonidos que viajan a través de los huesos de la madre. Las investigaciones indican incluso que los bebes pueden comenzar a descifrar el lenguaje a las 6 semanas de edad.

En 1997, unos estudios de Patricia Kuhl, neurocientífico de la Universidad de Washington, mostraron que los padres exageran de forma inconsciente las vocales, lo que ayuda a los bebés a dominar la fonética del habla. Es decir, los padres ofrecen de forma natural la diferencia entre los distintos sonidos de las vocales, lo que ayuda a sus hijos a aprender a hablar y, más tarde, a leer.

Esta autora, encontró que:

  • Los niños de seis meses de edad categorizan los sonidos de las vocales que tienen significado en su lenguaje nativo.
  • Descubrió que la exageración de las vocales es un hecho universal en todos los lenguajes estudiados. Parece que estamos programados para ofrecer la información auditiva que necesitan los bebes para comenzar a entender y a hablar  la lengua materna. Ej: Podemos alargar las vocales cuando hacemos la pasada en el estómago “TEE QUIIEEROO”.

Estimulación infantil

Mientras que nadie pone en duda la necesidad de una estimulación adecuada para conseguir un desarrollo saludable en el bebé, no existe entre los especialistas un acuerdo unánime sobre el valor de una estimulación artificial de los sentidos del recién nacido.

Los defensores de la estimulación precoz afirman que:

  • La observación de imágenes muy contrastadas en blanco y negro, la escucha de grabaciones con sonidos o ruidos y otros estímulos sensoriales, puede acelerar el desarrollo infantil y aumentar su inteligencia, sirviendo  también de ayuda en el momento de conciliar  el sueño o calmar  un cólico.

Henry Williams, médico de la Asociación de Médicos de la Sociedad Antropofísica, propone que los bebés vienen de un lugar de suaves contornos y colores tenues. La preocupación excesiva por tener hijos que salgan bien parados en los test de inteligencia puede llevar a aceptar programas que pueden ser o no válidos.

Los psicológos evolucionistas están de acuerdo, actualmente, en que los niños aprenden de un forma natural y son capaces de extraer de un ambiente cálido y amoroso toda la información que precisan. La seguridad básica creada por la relación padre-hijo permite al pequeño salir de su mundo y desarrollar sus plenas capacidades en un campo físico, mental y espiritual.

El masaje infantil proporciona toda una serie de experiencias sensoriales fascinantes. Los ojos  de la madre, el contorno de sus cabellos,  su  sonrisa, su olor, estimula al niño de forma cálida, amorosa y acelera la mielenización nerviosa.

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