Los elementos más importantes del vínculo y del apego


Entre los elementos que ayudan a crear  vínculo entre padres e hijo cabe citar el:

  • El contacto ocular.
  • El contacto cutáneo.
  • La voz del progenitor y la respuesta del niño.
  • La activación de las hormonas maternas y paternas por el contacto con el niño.
  • La regulación de la temperatura y las bacterias y anticuerpos inmunizantes que pasan al pequeño  gracias a un contacto muy próximo  con los padres.

Aunque todos estos elementos se ponen en juego durante el masaje, los elementos vitales que refuerzan  los vínculos son el:

  • Contacto ocular: Es uno de los sistemas de comunicación más potentes que existen; entre padres e hijos se convierte en un eslabón de conexión vital. Los padres parecen sentirse impulsados  a adoptar una posición cara a cara con sus recién nacidos y mirar  directamente a sus ojos.

Cuando el bebé establece un contacto ocular  se producen  exclamaciones de júbilo.

El sistema visual del niño está programado para buscar la forma contrastada, tipo ojo de buey, de los ojos de los padres y del pezón de la madre.

Las hormonas maternas oscurecen  la aureola del pezón durante el embarazo, tal vez,  para atraer  mejor la mirada del niño.

Los expertos especulan que el contacto ocular puede ser una señal muy poderosa en el sistema fisiológico del pequeño.

  • Contacto cutáneo:

Las madres suelen acariciar  de forma instintiva  a sus hijos  después de su nacimiento, lo que mejora el  proceso de mielenización  de los nervios y, así mismo,  despierta  los sentidos.

El tacto es un elemento muy poderoso en el proceso  de vinculación; las personas que se aman, los niños con sus amigos,  la genta que ha adquirido un animal doméstico, emplean un tiempo  suplementario para estar en contacto próximo, hasta que la unión es segura.

Los animales que crecen si  tocarse se vuelven antisociales y hasta agresivos, y tienden  a maltratar y descuidar  a sus pequeños.

  • Vocalización: Un tercer e elemento en el proceso de los vínculos es la vocalización. Desde el primer momento en que su hijo responde al sonido, hacia los siete meses de gestación, ya está oyendo la voz de la madre.  Su cuerpo se mueve  rítmicamente al son de  sus palabras y  el tono agudo de su voz.

Durante los masajes, usted puede  cantarle una canción  o contarle un cuento. Llegará a asociar ciertos sonidos con el masaje.

  • Conocerse mutuamente (comunicación): El masaje regular proporciona al progenitor un tiempo  par sentirse  familiarizado con el lenguaje corporal de su hijo, con sus ritmos  de comunicación, sus umbrales de estimulación y también con  el aspecto de su cuerpo  en momentos  de tensión, así como de relajación.

Los estudios sobre el proceso de unión también señalan que los padres se sienten más cerca de sus hijos si pueden  extraer una respuesta positiva de una serie específica de acciones. A través del masaje, se gana intimidad, comunicación,  juego y  cuidados, puede hacer  que el progenitor se haga más competente.

Los beneficios del  masaje infantil en la vinculación padres-bebé pueden durar  toda la vida, incluso en la adolescencia y después de esta. Aunque, durante el desarrollo del  niño,  existan  lapsus en la comunicación con los padres, debido a las etapas de maduración, si el niño ha sido masajeado, siempre se vuelve a coincidir a rencontrarse con amor, resolviendo  las diferencias y vinculándose de nuevo con una mayor comprensión mutua. Esta proximidad procede de  las primeras experiencias  de fuerte vinculación creadas  a través de un masaje amoroso y hecho con dedicación.

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