¿Por qué mi hijo se comporta mal?
La disciplina positiva se convierte en una caja de herramientas que le servirá para resolver conflictos. Existen aspectos como el temperamento, el desarrollo cerebral, el orden en el nacimiento, las capacidades físicas e intelectuales que influyen en el comportamiento en la primera etapa del desarrollo.
Antes de ayudar al niño o niña a optar por otro comportamiento hay que comprender por qué se porta así y qué pretende conseguir con ese comportamiento.
El comportamiento no deja de ser un mensaje codificado que hay que descifrar. Este mensaje nos revela las creencias del niño o niña sobre sí mismo y sobre la vida.
El mal comportamiento nos dice que es la única estrategia que el niño/a encuentra para demostrar que se siente excluido o no tiene la sensación de pertenencia a un grupo.
¿Qué es el mal comportamiento?
Los padres a veces interpretan cualquier comportamiento atípico como mal comportamiento. Por un momento, colóquese en el lugar de su hijo y entre en su mundo. Entonces, ¿Cómo saber cuando se trata de un mal comportamiento? La clave es la exclusión. Los niños que se sienten descorazonados porque se sienten excluidos es más probable de que se comporten mal. En ocasiones las conductas están relacionadas con la exploración del mundo y los niños no se encuentran descorazonados, solo prueban y cometen errores.
Una de las primeras necesidades que presentan los niños/as es la pertenencia de grupo, sentir que se es valorado y significa algo para el grupo. Cuando un niño/a cree que no pertenece al grupo, se descorazona. Esto desencadena el <<objetivo equivocado del comportamiento>> (Rudolf Dreikurs- Children: The Challenge). Se consideran objetivos equivocados porque el niño cree erróneamente que con el mal comportamiento recuperará la pertenencia al grupo. Esto permite contemplar el mal comportamiento desde otra perspectiva cuando se reconoce que el niño que se porta mal se encuentra descorazonado que desea ser incluido en el grupo y posee una idea equivocada de cómo conseguir ese objetivo.
Entrar en el mundo del niño/a se puede hacer planteándose las siguientes preguntas:
- ¿Se está portando mal?
- ¿Qué puede estar diciendo?
- ¿Cómo se siente?
- ¿Que podría detenerla para que no continúe con esa conducta?
- ¿Cómo reaccionarían la mayoría de los adultos?
- ¿Qué haría usted?
Los niños que se portan mal son niños/as desanimados y el ánimo es fundamental para ellos. Hay que crear oportunidades para ayudar al niño/a a sentirse animado y valorado, hacerle saber que se cuenta con él.
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